domingo, 10 de julio de 2011

Y EN SAN PEDRO, FIN DE FIESTA.

El día de San Juan, la noche de la “cremà”, ¿es el fin de la fiesta? No, los alicantinos aún tienen fuerzas y ganas para cinco noches más. La ciudad recupera su ritmo pero bellezas y damas todavía tienen pendientes un último recorrido, esta vez en carrozas, por el circuito oficial. Es el coso multicolor”, y ésta es la palabra que mejor lo define porque Alicante se llena de millones de confeti de mil colores para alegría, sobre todo, de los más menudos que disfrutas participando en esa “batalla” que permite alargar un poquito más los inolvidables días vividos.
Entre tanto, también es posible regresar al pasado a través del “mercado medieval” que se instala durante estos días en el casco viejo de la ciudad y nos permite transportarnos a otra época por unos minutos.
Pero sin duda, la verdadera atracción de estos cinco días que se mueven entre dos santos: San Juan y San Pedro, es el concurso de fuegos artificiales que cada día, puntualmente a las doce de la moche, son lanzados desde la playa del Cocó, en la propia ciudad, y que consigue congregar a miles y miles de personas que los contemplan bien desde la playa del Postiguet o desde la Albufereta, porque si ya hemos hablado de múltiples aspectos de esta grandiosa fiesta (música, desfiles, monumento, etc.), no podía faltar en este recorrido una mención especial para los fuegos de artificio; fuegos que ya han hecho su aparición en las “mascletás”, en la “cremà”, en la “palmera” desde el monte Benacantil, pero los de esta semana de “regalo” son muy especiales porque se trata de auténticas maravillas; lo mejor de cada pirotecnia, que durante media hora hacen las delicias de todo el que los contempla.
Tiempo atrás se trataba de una confección y disposición totalmente artesanal, hoy en día tiene un eso importante la introducción de la tecnología. Se trata de una combinación perfecta del trabajo manual y su disparo y desarrollo a través de la informática.
En la playa del Postiguet no cabe un alma, los niños, los jóvenes y los no tan jóvenes disfrutan del espectáculo y evalúan con el acierto que proporciona la experiencia cada espectáculo pirotécnico, haciendo conjeturas sobre cuál será el ganador este año. El resultado se desvela al día siguiente. La pirotecnia ganadora ese día treinta de junio tendrá el honor de cerrar las fiestas 2012 en la noche de San Pedro.
Y poco a poco, la gente se retira, la fiesta ha terminado un año más, y sin graves incidentes gracias al trabajo de todas las fuerzas de seguridad que han trabajado de pleno; sólo un heladito en cualquier terraza para echar el cierre y tomar fuerzas para comenzar, desde ese mismo instante, un nuevo ejercicio que tendrá 365 días por delante.

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