jueves, 26 de mayo de 2011

UN POCO DE HISTORIA


 A pesar de que Las Hogueras de San Juan son en estos momentos unas fiestas bastante conocidas a nivel nacional, no está de más echar un poco la mirada atrás para conocer un poquito sobre sus orígenes y su evolución.

No son un invento de hace cuatro días sino que sus orígenes se remontan a finales del siglo XVIII. Los labradores alicantinos celebraban el día más largo del año para la recolección de las cosechas y la noche más corta para la destrucción de los males.
Esta tradición pronto se extendió a la ciudad, pero encender hogueras en las calles y disparar tiros y cohetes en la noche de San Juan quedaba expresamente prohibido por bando municipal, bajo multa del pago de 20 a 100 reales. Esto sucedió hasta 1881 cuando, por un despiste del Ayuntamiento, el bando no se publicó; hecho que aprovecharon los vecinos de la ciudad para agruparse por calles instituyendo “les festes de carrer”.

La noche del 24 de junio, para celebrar el solsticio de verano, los vecinos amontonaban trastos viejos en la calle y prendían con ellos una hoguera. En  estos tiempos aparecieron los primeros “ninots de carrer” siempre alusivos a algún personaje conocido, y no exentos de crítica.

Es en 1928 cuando estas fiestas se declaran como Fiesta oficial de la ciudad de Alicante, siendo su principal impulsor José María Pí (hoy en día existe un distrito fogueril que lleva su nombre). Las Hogueras comienzan a adoptar las características que se mantienen en la actualidad. Se empiezan a construir los “Monumentos”, verdaderos obras de arte, empleando materiales como cartón, madera, papel, pintura… que les permitan arder con todo su esplendor la noche de San Juan.

En 1932 se crea el cargo de “Bellea del Foc” como máxima representante de las Fiestas y que perdura en la actualidad; la fiesta se iba haciendo más grande año tras año pero eran tiempos difíciles y llegó la guerra civil.

Con la irrupción de la guerra civil española, lógicamente se produjo un paréntesis: las últimas Hogueras que se celebraron fueron en 1936 y no se retomaron hasta 1939, año en el que se plantó una única hoguera en toda la ciudad. Será a partir de 1940 cuando la Fiesta vuelva a despegar y a crecer en número, tamaño y calidad.

En nuestros días se plantan más de 160 monumentos (entre mayores e infantiles) repartidos por distritos, llenando toda la ciudad. Se trata de unas fiestas muy populares y son un reclamo fantástico para el turismo y una ocasión perfecta para disfrutar de unos estupendos días llenos de música, luz, fuego, agua y color; además de constituir una fuente de trabajo importante para un buen número de personas a lo largo de prácticamente todo el año.

¿No me digáis que no estáis deseando el 19 de junio para que den comienzo los días grandes de estas fabulosas fiestas?


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